Vivo en Paris desde el 2018. Tras el bachillerato estudié magisterio y me especialicé en FLE en la UMA. En París estudié un Master MEEF y obtuve plaza en las oposiciones de maestra en 2022. Actualmente trabajo como educadora en un Instituto Médico Educativo y me estoy formando en terapia Gestalt.

Para mí, el Gaona es más que un instituto. Fue mi casa y mi refugio. He pasado los mejores años de mi vida en el centro. Sus profesores son más que profesores. Son educadores, son seres sensibles y un apoyo fundamental. Gracias a todos por haber confiado en mí y en mis capacidades.

Hace dos años que decidí cursar bachillerato de adultos en el instituto Gaona. Fue la mejor decisión que pude tomar. Me ayudaron a darme cuenta de que se puede, que nunca es tarde y de que somos más capaces de lo que pensamos. Si tuviera que destacar algo, sin duda sería la calidad humana de los profesores del centro. El objetivo de ellos es que cumplas tu objetivo. Terminé el bachillerato y saqué la selectividad con una nota que me permitía entrar prácticamente en cualquier carrera. No puedo estar más agradecido. Os llevaré siempre en mi corazón.

El I.E.S Vicente Espinel, mi querido Gaona, fue mucho más que un instituto: fue mi segundo hogar. Allí viví los mejores años de mi vida estudiantil. Gracias a la calidad del profesorado y el trato humano que siempre recibí, estudiar jamás fue un peso, sino un auténtico placer. Alcancé mis metas rodeada de apoyo, respeto y motivación. Gaona no solo me formó académicamente, me marcó para siempre.

El Instituto Vicente Espinel ha sido para mí mucho más que un centro educativo; ha sido un espacio de crecimiento personal y académico, donde siempre recibí el acompañamiento, el respeto y el estímulo necesarios para avanzar. Agradezco profundamente a sus docentes, por su excelencia y vocación, y a todo el equipo que, con compromiso y cercanía, hace de este lugar un entorno donde se anima a cada estudiante a dar lo mejor de sí y a no rendirse. Llevaré siempre conmigo el valor de lo vivido en estas aulas.

Este instituto es una de las razones por las que he entendido lo que el crecimiento personal puede regalarnos. Jamás podré agradecerle todo cuanto hizo, ya no solo por mí, sino por todos esos alumnos que en otro tiempo no creyeron en ellos mismos. Gracias por defender las capacidades y el potencial, a pesar de los percances; por la motivación, por ese empujoncito que tan necesario resulta.

Gracias, gracias siempre.

Gaona es un instituto donde nada es imposible, te cuidan desde que te reciben los conserjes Toñi y Diego por sus puertas. Allí, lo más importante es tener ganas de estudiar; la edad no importa.

He tenido el honor de poder estudiar en el instituto con más historia de Málaga. Es un placer haber conocido a todos los trabajadores: conserjes, limpiadoras, profesores, etc. Recibí todo el apoyo y cariño que uno se puede imaginar para seguir estudiando, para seguir sueños. Gracias por la oportunidad de formar parte esta gran familia.

Tras los muros de “Gaona” se viven mil historias, las intrísecas al centro y las de los alumnos y docentes que en él conviven año tras año. Retomar los estudios a los 37 puede parecer una locura, pero cuando lo haces en el lugar y personas adecuadas es todo un descubrimiento para uno mismo.

Eso me pasó a mí. Llegué a I.E.S. Vicente Espinel “Gaona” para cursar en adultos la ESA, creyendo que ahí acabaría todo, pero no fue así, continué. Gracias a los/as profesores/as que supieron acompañarme terminé bachiller y pude cursar un Grado Superior de Integración Social. Durante los 3 años que estuve en el centro hice amigos/as y vivimos muchos momentos divertidos. También momentos duros;  todo es fácil: hay que estudiar. Aprendí habilidades sociales, empatía y valores humanos, estos no están en los libros de texto.

“Gaona” tiene una magia que atrapa, su historia y sus paredes desprenden ese sentir de seguir evolucionando con el paso de los años, aunque en apariencia sigamos siendo los mismos.

El IES Vicente Espinel fue una ventana a un nuevo comienzo. Albergador de sueños y esperanzas para los que tenemos segundas oportunidades. Un refugio para los que llevamos desde otro país. Dicen que un hombre sin estudios es un ser incompleto y la enseñanza proporcionada en el centro me llenó como persona.

El IES Vicente Espinel marcó un antes y un después en mi vida. Despertó en mí la pasión por crecer, soñar y construir mi propio camino hacia mis metas. Ser parte de este colegio fue una experiencia transformadora, con profesores que inspiran y enseñan con el alma.

Gracias, instituto Vicente Espinel (Gaona), por ser parte de nuestra historia y enseñarnos con el corazón. Gracias a todo el profesorado del centro por su dedicación, paciencia y compromiso con nuestra formación. Su labor deja una huella imborrable en nuestro camino. Por siempre agradecidos.

Somos una pareja colombiana que tuvo el placer de cursar la ESPA en el instituto Vicente Espinel Gaona. Y solo tenemos palabras de gratitud por la experiencia y el aprendizaje obtenido. Un nivel de enseñanza excelente, además de un profesorado con un compromiso, ética y respeto por lo que hacen y para quienes lo hacen. Se trata de un instituto que hace una labor inimaginable para el desarrollo académico con las personas adultas, con independencia de orígenes, culturas, capacidades o géneros. El IES Vicente Espinel deja el nombre de España y Andalucía muy alto.

Gracias por esta oportunidad que nos proporcionan a las personas adultas, que hace que podamos seguir estudiando sin importar la edad. Aprender es una elección, es adquirir conocimiento, el cual nos da seguridad y un abanico de oportunidades para seguir creciendo en el amplio mundo del saber, a nivel laboral y personal. No es fácil, pero con el respaldo de los profesores y con nuestro tesón llegamos a la meta. Orgullosa de ser alumna de la ESPA y hoy alumna del bachillerato semipresencial.

Llevo tres años estudiando en el instituto. Desde el primer día he encontrado personas muy amables y profesores que de verdad apoyan a los alumnos. Nos ayudan a aprender, tienen paciencia, repiten las explicaciones si no entendemos y nos acompañan en el camino. Algunos han sufrido con nosotros en momentos difíciles y siempre están ahí.

Este instituto no es solo un lugar para estudiar, también es un lugar donde me he sentido acompañada y valorada. Aunque estoy sola aquí en España, cuando entré al instituto, sentí como si tuviera una familia. Para mí, este lugar es como un hogar. Encontré en mí misma las ganas de seguir adelante, aunque mi idioma era muy débil y no podía entender todo lo que decían los profesores. Aun así, ellos hacían que todo fuera más fácil de comprender, incluso con las dificultades. Este instituto es un lugar que de verdad da una oportunidad y una nueva esperanza en la vida.

Cada risa, cada enseñanza, cada abrazo en esos pasillos dejaron marcas en mi corazón que el tiempo nunca borrará. En el IES Vicente Espinel aprendimos que la verdadera riqueza está en los momentos compartidos y en los lazos que creamos. Los profesores no solo impartieron lecciones, sino que sembraron en nosotros valores que florecerán para siempre.

El Instituto Gaona fue mi punto de partida. Allí estudié la Secundaria para Adultos y el Bachillerato y fue mucho más que un centro educativo: fue un lugar donde me sentí apoyado, acompañado y valorado. Recuerdo con cariño a los profesores, que siempre mostraron paciencia y dedicación, y al jefe de estudios, que me animó a seguir, incluso cuando el idioma parecía una barrera imposible de romper.

No es solo un centro con historia y digno de visitar. Su componente más importante es el equipo de profesionales, tanto profesores como otros trabajadores, que me ayudaron infinitamente a retomar los estudios 40 años después. Miles de gracias a todos, especialmente a los profesores que me dieron clase.

Estuve dos años estudiando en el instituto. Ha sido un tiempo increíble y quiero agradecer a mis profesores y al personal no docente por acompañarme, acogerme, guiarme y crecer conmigo. El trabajo que allí se hace trasciende de las aulas. Gracias por vuestra dedicación.

Cuando dudo, recuerdo que un profesor me dijo que por qué no estudié antes. Para llegar a tu destino debes tomar múltiples caminos hasta dar con el que te conduce a tus sueños. El IES Vicente Espinel me guio, me proporcionó momentos inolvidables, viajes y vivencias que me han marcado. Mi paso por allí fue una de mis mejores etapas. Gracias a todos mis profesores

Tras muchos años sin estudiar, estoy muy contenta. Ahora, gracias al aporte de los profesores, aquellas materias que tanto me costaban me parecen muy interesantes. Pese a estar trabajando, dispongo de flexibilidad para compatibilizar estos estudios que tan beneficiosos serán tanto profesional como personalmente.

Estoy profundamente agradecido por haber tenido la oportunidad de estudiar en el Vicente Espinel. Fue una etapa que no solo me formó académicamente, sino que también me ayudó a crecer como persona. Estoy más que contento de haber estudiado en un instituto con tanta historia y de poder ser parte de ella. Guardo con cariño los recuerdos, las enseñanzas y a las personas que formaron parte de ese camino.